miércoles, 29 de noviembre de 2017

El Principio es el Fin del Principio


Desesperados en plan de zarpar,
enardecidos esperan su ¡Bum!

Sordos en sus propios 
ruidos estrépitos,
no se enteraron de que eso ya fue,
apocalípticos

Los multimedios lo quieren vender
empaquetándolo
Mersadotecnia de infamia feroz,
con sus gurúes del grito-final,
el demagógico

Ruidos allí, gritos acá
Apocalíptica


Enceguecidos en plan de zarpar,
anonadados esperan su ¡Bum!

Atragantados en sus vómitos
apocalípticos
Desorientados con sus brújulas
apocalípticas
Obnubilados con sus valijas
apocalípticas

Ruidos allí, gritos acá 

Si no lo hacés no lo vas a ver,
la paradoja clavada en tu sien..





Corren devotos del verso oficial
al maxikiosco motor
Ese motor oloroso ruidoso
que lo hace andar

Los multimundos están por hervir,
tremen por renacer..
y sacudir las perezas del sol
apocalíptico



Yo lo advertí 
pero nadie me oyó:
SE VIENE 
EL PRINCIPIO
DEL MUNDO





Pensamiento


Pienso al pensamiento como una gran biblioteca, con un bibliotecario excedido de tareas… En la mesa de entrada le llegan decenas de carpetas por minuto, que debe ir archivando ordenadamente en esas grandes estanterías repletas de colecciones temáticas. Mientras en la mesa de salida lo requieren, reclamándole por un nuevo informe actualizado que debe presentar con celeridad. 

El bibliotecario trata entonces de apurar sus tareas sin cometer esos errores que luego le supondrían horas extra de trabajo y en el peor de los casos harían peligrar la organización de toda la biblioteca y de sus registros.

Organiza el informe combinando contenidos de diferentes fuentes y logra entregarlo a tiempo… para lo cual debió de hacer uso de sus facultades imaginativas creando un nuevo material que muchas veces guarda muy poca relación con las fuentes originales.

En el tiempo que le llevó esta entrega, nuevas carpetas se fueron acumulando en la mesa de entrada para ser archivadas. Es un trabajo arduo y estresante. Por suerte por las noches tiene más tiempo de organizar esos materiales que durante el día fue ordenando a las apuradas, ya que es entonces cuando disminuyen los reclamos de la mesa de salida. Se ocupa así de la reorganización de la biblioteca, para hacerla más efectiva a las exigencias que estima le irán surgiendo en los siguientes días.

Cuando llega un pedido de informe a estas horas, aprovecha para hacer bromas y armar un collage de contenidos absurdos (que si luego llegan a la mesa de entrada va a descartar por su incoherencia, o a jugar al detective buscándoles un sentido oculto).


El pulmón verde del lugar es un pequeño patio, sin material de archivar, sin fichas ni carpetas para organizar… allí va el trabajador a tomar unos minutos de descanso para renovar sus energías. Cierra un rato los ojos, respira aire fresco, se abandona unos instantes a la meditación trascendental.

Es el único lugar en donde sabe que no llega su compañero de biblioteca… ese que nunca llegó a ver pero que descubrió una vez que no encontraba ciertos libros. Le habían llamado la atención unos cambios en la disposición de unas carpetas. Desde ese episodio agudizó su atención y fue notando cada vez con más frecuencia y certeza las actividades de una presencia escurridiza, que realizaba leves cambios por el lugar, sin un propósito aparente y resultando en una molestia considerable… ¿un loco?, ¿un boicoteador?, ¿un niño bromista?

Ciertamente no estaba solo por allí. Alguien le desordenaba y hasta alteraba los registros, y se escondía para no ser detectado. Esos cambios parecían ser azarosos en un principio, pero de a ratos, incentivado su instinto de detective, se le despierta la sospecha de que el intruso podría estar tratando de comunicarle algo: una especie de mensaje cifrado.



Con el tiempo se fue acostumbrando a esa presencia extraña que antes alteraba sus nervios y lo ponía en situación de alerta constante. Para evadir ese malestar solía contemplar la siguiente hipótesis surrealista: la firmeza y solidez de la biblioteca sería totalmente ilusoria. Sus estanterías no serían placas de madera y de metal sino que serían unos moluscos vivos y babosos… los archivos tampoco serían libros cerrados sino unas especies de algas movedizas que intercambian salivas, mucosidades y material genético entre ellas, en un ambiente acuoso que late con el pulso de múltiples y gelatinosas formas de vida.






Un amor incondicional

(ya llegará el tiempo de las terceras oportunidades)



Siempre sospeché que el romanticismo era un culto a la separación: el amado y hasta el mismo amor se reemplazan por símbolos que luego se idolatran, pero ya no son ese amado ni ese amor… los símbolos de la unión no son esa unión, y el laurel de Apolo (por más glorioso que luzca) no es su amada Dafne.

Llega un momento en que un destello de dignidad nos hace hartar de las dudas, ansiedades y enredos del caso... y lo que necesitamos es un amor incondicional, que nos haga experimentar la plenitud en nuestra cotidianeidad.

Que no venga con que uno andaba amando patriarcalmente, por opresiones capitalistas heteronormadas, ni con que amar es soltar en libertad, que el tiempo de esperar en el letargo es la curabichera mágica,  que la media mandarina o la naranja completa, que la ensalada de frutas… Cuando llega a nuestra vida el amor incondicional se disuelven todas esas palabras en una bruma de nostalgia vaporosa que se despeja con una sola mirada compartida.

Esos ojos marrones que me esperan, y miran alegres sin juzgar cómo ando vestido o si se me pasa una fecha de aniversario. Esa compañía firme fuera de todas las negociaciones mezquinas, una alianza inquebrantable que no necesita ser proclamada frente a altares, ni escribanos.

Con cada reencuentro una alegría genuina brota de nuestros cuerpos y se convierte en caricias que nos despabilan el alma… Estar siempre el uno para el otro, su sonrisa diáfana que ilumina la vida diaria, perderme en la contemplación de los juegos que la luz realiza sobre sus cabellos sedosos. Sus largas orejas siempre atentas a mis movimientos, su hocico húmedo que huele con empatía mis humores fluctuantes, su rabo moviéndose al saludarme, sus ladridos espontáneos… ahhm (suspiro tierno), la querida y leal Boby… es un ángel sin papeles, medio cruza con bretón, que sabe lo que es el amor incondicional, y llegó a mi vida para que lo experimentemos juntos.







martes, 21 de noviembre de 2017

Esto de irme de mí


Siempre me voy de mí…
a veces más, a veces menos.

El otro día volví con una piel distinta
que no sé de dónde habré sacado,
pero tenía un color azulado
y olor a tornado de Centroamérica,
con escamas de iguana
y pelos de lobizón viejo.

Encuentro en mi bolsillo
unos fósforos y una anotación
que parece tener mi letra desprolija
diciendo algo así:
“es el Amor el que me tiene miedo,
por mi indecorosa pulsión al suicidio”

…y no puedo evitar pensar:
¿dónde habré estado esta vez?







Señalamientos


Le había parecido un poco extraño el saludo que le dio la chica de la verdulería, con una formalidad más acentuada que lo habitual. Ella siempre había sido más simpática con él, y en ese momento la notó distante y fría. De todas formas no le dio mayor importancia al asunto deduciendo que tal vez la chica tuvo un mal día y habrá estado distraída con cuestiones suyas que no le incumben.

Pero con el correr de la semana y por los hechos que fueron sucediendo, recordó esa observación y le dio una interpretación más escalofriante.

Y es que a la verdulera le siguió el carnicero, la almacenera, la bibliotecaria y hasta el chino del supermercado, que con sutiles pero evidentes gestos, le hacían saber que algo no andaba bien. Como si hubiese sido declarado persona no grata en su propio barrio y un halo de desconfianza lo siguiera por donde fuera que vaya.

Muchas horas se dedicó a pensar qué podría haber originado dicho malestar, sin lograr esclarecer la situación.

Llegó el día martes, el día de la peña semanal con sus amigos de ajedrez. Decidió que les comentaría esta situación, a ver si saben algo que pueda dilucidar lo que pasa; pero cuando mandó un mensaje de que estaba yendo, le llegó como respuesta que no tenían su número en la agenda y le preguntaban quién era.




EPÍLOGO:


Pasaron varios meses de esos primeros episodios, y lo que más lo inquieta del asunto es que aún no se acostumbra a la sensación de ver un extraño en su casa. Ese rostro desconocido que encuentra cada vez que se mira en el espejo.





Acepciones del silencio


Tan sólo una palabra basta para definir al silencio…
Pero esa palabra nunca llega, es una palabra no dicha.

Muchas veces se percibe como un hueco donde debería haber algo.
Es la incomodidad de esperar el eco que no llega.
Otras es la inmensa calma entre chirridos rasposos de chatarras.
O es esa pausa justa que le da sentido a toda la partitura.

A veces estrangula una garganta hasta la asfixia.
Otras veces electriza el aire entre los cómplices.
Puede ser que se diluya en una brisa matutina,
o puede ser que la devore el ojo de un huracán.

A veces cobra forma de oasis entre ruidosos desiertos.
Otras es el manto de un fantasma frío.

Dignifica cuando se convierte en la revolución más implacable,
porque contrariamente a cualquier nomenclatura,
que para ser necesita negar todo lo que no es,
cada silencio tiene su origen en una afirmación.





Copiar y pegar (...)



Copiar y pegar en cualquier conversación que lo pida (o El Amor es el éxito del futuro percibido como una fuerza de transformación en el presente, con los desequilibrios y reequilibrios que ello conlleva)




_Mirá, como leí por ahí hace poco, podés usar al Amor como un premio del sistema exitista, yendo a lo seguro… con el chantaje emocional acostumbrado, o podés utilizarlo…

_Pará, pará. Yo no quiero usar al Amor, porque no es para usar: más bien es para sentirlo, vivirlo, experimentarlo.

_Sí claro, pero en algún momento decidís con quién y cuándo experimentarlo, no? Lo cual tiene mucho de deseo inconsciente y un poco de decisión consciente.

_¿No es mejor seguir al deseo sin pensarlo tanto?

_Seguro, es lo que aconsejarían los románticos. Ponele entonces que el Amor es el Deseo, o es cómo lo vas a expresar… te decía que podés usarlo en forma extorsiva según la conveniencia, como premios al merecimiento; o podés usarlo como una herramienta de transformación donde veas que se necesite, donde te llame o donde quieras… con un compromiso para desarrollar una relación que no va a carecer de conflictos, pero para eso está el Amor.

_¿No me estarás hablando del sacrificio al mejor estilo cristiano?

_Nah, ni ahí... no digo la renuncia religiosa, ni el egoísmo neofitbudista. Es una cuestión de perspectivas si querés: sacrificás la comodidad, o no sacrificás una posibilidad. Cada elección renuncia o pospone todo lo que no se eligió mientras elige no renunciar a lo elegido. Me refiero a que los conceptos abstractos son meras perspectivas, mejor que no nos distraigan.

_Pero la sociedad no apoya esa forma de tomar las cosas, al contrario, va a decirte que…

_Lo que vos hagas y propongas a la sociedad va a verse por los demás como algo que surgió de la sociedad, porque así es como es: vos sos parte de la sociedad como cada persona que la integre. Vos sos la sociedad.

_Ah, re…* _con sonrisa del tipo espontánea, un tanto exagerada y ostentando complicidad_.



*Las expresiones lingüísticas de contacto empático
                 evolucionan hacia formas cada vez más sintéticas y abstractas.**


**En el presente caso se habilita el juego teatral del simulacro ficcional, 
creando un marco de dramaturgia con posibilidades expresivas psicoterapéuticas
desde el género de la comedia (con el giro de la inversión de sentido en el plano semántico)***

***Ahr ^^